Esta es una historia que no sé si seguiré, pero según creáis si vale la pena o no, me lo plantearé.
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Prefacio
-¿Por qué? –preguntó el semielfo, girando la lanza hábilmente-. ¿Por qué entregas tu vida por ellos?
-Porque ellos son lo único que tengo, lo único que tenía en el pasado y, si hubiese podido vivir más tiempo, lo único que tendría. Son mi vida, y prefiero morir salvándoles a sufrir viéndoles morir. Por eso te detengo –dije suavemente, con una lágrima cayendo a lo largo de la mejilla.
-¿Sabes que muriendo les harás sufrir? –preguntó el semielfo, en guardia.
-Me limitaré a no morir –comenté, sacando la espada del cinto, y, con un movimiento rápido, me coloqué atacando su flanco derecho.
Fue una pelea rápida, los dos desafiando al máximo las leyes de la gravedad, intentando buscar al otro un error en la defensa. Salté a una pared y corrí por ella, hasta encontrar un punto muerto de su defensa. Salté hacia él con la espada en entre los dos, pero su movimiento me pilló desprevenido. Se agachó, rodó hacia atrás, hizo girar la lanza hacia mi espada y la envió lejos, muy lejos.
-Te avisé que sufrirían –dijo él.
Saltó, dio una vuelta sobre sí mismo con la lanza en alto, para acabar la trayectoria haciendo que el frío filo de su lanza me atravesase el cuello de un extremo al otro.