Ángeles [N/F/I]

Título: Ángeles (no os burleis de mi, que los títulos se me dan mal...]
Autor: Yo, Lisël, Alicia, Alitas*, Pavis, Toumasa, Emofreak... demasiados nombres para una realidad xD
Género: Fantástica... *ejem*
Sinopsis: Ya se vera xD
Personajes: Daniel, Ariana, Mireia...
Ambientación: Tierra xD
Otros: Mientras estaba escribiendo el primer capítulo, se me encendió la bombilla, y me di cuenta de que Daniel es igualito a uno de mis actores preferidos, Gaspard Ulliel... O.o

PD: Estaras contento, Yondy, me ha dado la vena escritora xD

Capítulo Primero.

Suspiré, y llamé a la puerta, que se abrió prácticamente al instante.
-¡Ah, Ariana! ¡Qué bien que has llegado! Roberto y yo ya nos íbamos. Las llaves están donde siempre, la comida está hecha, los números de teléfono en el armario de la entrada. Corre, los niños te esperan.- la mujer soltó la perorata sin tomar aire. Yo asentí, cansada. La misma charla todos los viernes.
Y, sin darme tiempo a poner un pie en la casa, los padres de Nico, Susana y Raúl ya se habían ido.
Los niños se abalanzaron sobre mí, su... ¿tercera? ¿cuarta? Canguro. Raúl y Susana sonrieron y empezaron a contarme todos y cada uno de los detalles de sus jóvenes vidas, mientras Nico se sentaba en el suelo y me miraba implorante con sus enormes ojos azules.
Sonreí, le cogí en brazos, e indiqué a los niños que se preparasen. Cinco minutos después, Susana y Raúl corrian raudos hacia el parque, mientras yo exclamaba, en vano que me esperasen.
Siempre, cada semana, la misma historia. Todos los viernes hacía de canguro para estos tres diablillos de cinco, tres y un año; todas las semanas les sacaba al parque, ya que tenerles a los tres en una casa era una tortura, tanto para ellos como para mí.
Raúl se revolcaba en el barro mientras Susana miraba malévolamente a la niña que se le había colado en el tobogán; y yo llevaba a Nico a los columpios. Como siempre.
Pero esa frase dejó de tener sentido cuando alguien me aprisonó, una mano en la boca y otra en la cintura, y una voz, masculina y joven, susurraba en mi oído: “Te espero esta noche en la esquina de tu casa.”
Me intenté zafar, asustada, pero antes de que consiguiera siquiera volverme, el joven se había ido. Detrás de mi solo había un gran perro gris, con aires de lobo. Miré a Nico, que se reía, inocente, mientras se columpiaba. ¿Habían sido imaginaciones mías? No, había sido demasiado real para eso. ¿Pero entonces? No había ningún sitio donde ir en menos de un segundo, los únicos árboles estaban al menos a quinientos metros. Me giré hacia Nico y esbocé una sonrisa forzada.
Un poco después, sintiéndome observada, me giré, y vi al mismo perro de antes. Me miraba intentando decirme algo, o al menos así lo parecía. Me acerqué a él, alargando la mano para acariciarle, y me gruñó. Solo que no miraba en mi dirección, sino hacia los árboles que se encontraban detrás mío. Me giré, apartándo la mano rápidamente, no sea que le entrasen instintos caníbales de repente, y me fijé en el otro perro. Primer parpadeo. Un perro enorme, más aún que el gris, con las fauces abiertas y babeantes. Segundo parpadeo. Un león, con la cola de serpiente. Tercer, cuarto parpadeos. León.
Emití un grito ahogado, dando dos pasos trastabillantes hacia atrás, mientras el perro gris se adelantaba, gruñendo, hacia el... la... la criatura.
Agarré a Nico de la mano, y llamé, con voz entrecortada a Susana y Raúl, que me miraron enfadados.
Apresuradamente, agarré a Raúl de la mano y me di la vuelta. Aunque no lo suficientemente rápido como para no ver como el perro gris gemía de dolor cuando la criatura le atacaba. Con sus dos cabezas.
Sacudí la cabeza y regresé a la casa.

Aiiii. Ouch. Joooo. Lis, gracias 32 veces, y otra de regalo (xD). Mola mucho como escribes, y lo que nadie a parte de cinco o seis historias había conseguido lo has hecho tú. Intrigarme . ¿Que es ese mounstruo? Sigueee... (Hay un fallito, y es que cuando te asustas mucho puedes pasar hasta 20 segundos sin pestañear, por nosequé de los nervios. Pero bueno, si eso ayuda a la narración, bienvenido sea ) ¡Sigue, Lis!

Saludos y mordiscos vampíricos,
Yondy.

Y hale, como me aburro, pongo el final del primer capítulo.
Señoras y señores, les presento a Daniel!! xD

Espero que os guste xD

___________

El resto de la tarde pasó como en un sueño, evitando las preguntas de Susana y Raúl sobre el porqué de nuestra precipitada salida.
Los padres llegaron pronto, y yo me encontré en la calle, pensando en el tipo de antes. Aquel tipo imaginario.
No obstante, tomé el camino largo para ir hacia mi casa, con el mp3 a todo volumen, intentando espantar a las sombras de los callejones oscuros.
Doblé una esquina, y casi me choco de bruces contra un chico.
Rondaría los dieciocho o diecinueve años, el pelo marrón claro cayéndole en cascada sobre la frente y un ojo azul claro. Rasgos finos, nariz larga. Alto, con el brazo izquiero en cabestrillo. Y una sonrisa burlona jugueteando en sus seductores labios.
-Buenas noches, Ariana. Llegas tarde.
Le miré, asustada. Era la misma voz que el tipo imaginario. ¿Quién era? ¿Cómo sabía mi nombre?
-No, no me mires con esa cara de cordero degollado. -dijo, riendose.- no te haré nada.
Ya. Claro. Eso era lo que decían los asesinos psicópatas en serie antes de matar a sus jóvenes y femeninas víctimas.
Eché a correr, pero el tipo me siguió. Rápidamente, me alcanzó, y me inmovilizó con un solo brazo contra la pared. Era más fuerte de lo que sugería su complexión delgada.
-Me tocas un pelo y chillo. -mascullé, entre dientes.
El chico puso los ojos en blanco y suspiró.
-Siempre la peor opción. -dijo-. No te voy a hacer nada, Ariana. Es más, podemos hacer un acuerdo. Tú me necesitas, pues yo soy el único que sabe la respuesta a la pregunta que ronda por tu mente; y yo te necesito, más de lo que te imaginas.
-Jamás. -mascullé yo, asustada.
- “Nunca digas nunca” -citó el, con una sonrisa. Con la mano en cabestrillo cogió una tarjeta, y me la entregó. -Ven a verme. Te estaré esperando, Ariana.
Se dio la vuelta, y echó a andar, su camisa negra difuminándose rápidamente entre las sombras.
Miré la tarjeta con manos temblorosas, y la tuve que leer dos veces para convencerme a mí misma que iba en serio.

¿Ve usted cosas que es imposible que vea?
¿Ha sido atacado por algún ser sobrenatural?
¿Descubre un día que tiene poderes antes ocultos?
¡Venga a verme!
Tenemos las respuestas a (casi) todas sus preguntas.

Daniel Almond
C/ del Tránsito
3-8A
Tlf: 91-386-28-12

Me eché a reir por no ponerme a llorar. Después de todo, sí estaba loca, y este tipo era un psicólogo.
Le di la vuelta a la tarjeta, distraída. Descubrí tres palabras escritas con una caligrafía puntiaguda y cursiva.
«No estás loca» Rezaba.


___________
Fin del primer capítulo. Si teneis suerte, esta noche escribo el principio del segundo (si no teneis suerte, supongo que lo ahre mañana xD)

Lisël escribió:

El resto de la tarde pasó como en un sueño, evitando las preguntas de Susana y Raúl sobre el porqué de nuestra precipitada salida.
Los padres llegaron pronto, y yo me encontré en la calle, pensando en el tipo de antes. Aquel tipo imaginario.
No obstante, tomé el camino largo para ir hacia mi casa, con el mp3 a todo volumen, intentando espantar a las sombras de los callejones oscuros.
Doblé una esquina, y casi me choco de bruces contra un chico.
Rondaría los dieciocho o diecinueve años, el pelo marrón claro cayéndole en cascada sobre la frente y un ojo azul claro. Rasgos finos, nariz larga. Alto, con el brazo izquiero en cabestrillo. Y una sonrisa burlona jugueteando en sus seductores labios.
-Buenas noches, Ariana. Llegas tarde.
Le miré, asustada. Era la misma voz que el tipo imaginario. ¿Quién era? ¿Cómo sabía mi nombre?
-No, no me mires con esa cara de cordero degollado. -dijo, riendose.- no te haré nada.
Ya. Claro. Eso era lo que decían los asesinos psicópatas en serie antes de matar a sus jóvenes y femeninas víctimas.
Eché a correr, pero el tipo me siguió. Rápidamente, me alcanzó, y me inmovilizó con un solo brazo contra la pared. Era más fuerte de lo que sugería su complexión delgada.
-Me tocas un pelo y chillo. -mascullé, entre dientes.
El chico puso los ojos en blanco y suspiró.
-Siempre la peor opción. -dijo-. No te voy a hacer nada, Ariana. Es más, podemos hacer un acuerdo. Tú me necesitas, pues yo soy el único que sabe la respuesta a la pregunta que ronda por tu mente; y tú te necesito [tú te necestito, ¿eso como se come?] , más de lo que te imaginas.
-Jamás. -mascullé yo, asustada.
- “Nunca digas nunca” -citó el, con una sonrisa. Con la mano en cabestrillo cogió una tarjeta, y me la entregó. -Ven a verme. Te estaré esperando, Ariana.
Se dio la vuelta, y echó a andar, su camisa negra difuminándose rápidamente entre las sombras.
Miré la tarjeta con manos temblorosas, y la tuve que leer dos veces para convencerme a mí misma que iba en serio.

¿Ve usted cosas que es imposible que vea?
¿Ha sido atacado pro [¡Por!] algún ser sobrenatural?
¿Descubre un día que tiene poderes antes ocultos?
¡Venga a verme!
Tenemos las respuestas a (casi) [me parto] todas sus preguntas.

Daniel Almond
C/ del Tránsito
3-8A
Tlf: 91-386-28-12

Me eché a reir por no ponerme a llorar. Después de todo, sí estaba loca, y este tipo era un psicólogo.
Le di la vuelta a la tarjeta, distraída. Descubrí tres palabras escritas con una caligrafía puntiaguda y cursiva.
«No estás loca» Rezaba.

Bien, le he encontrado un par de fallitos, pero la historia está (muy) bien. Entonces, ¿ese perrucho/león (que lee mucho xDD)/ lo que sea es algo paranormal? ¿Y Dani Almoadilla que es, el detective de los sueños? Perdon por mis burlas, pero es que soy así y no puedo resistirme. Vale, retiro lo de Dani Almoadilla antes de que envíes a Joker xD .

Felicidades,
Yondy.