Viaje a Egipto

Sonreí.
-Lo intentaré.
Corrí hacia el vampiro, parando en la mitad de su camino, y esperando a que se acercase.
Cuando se acercó, me sorprendí.
Era mi padre.
-Hola, Eldanis.
-¿Vampiro, tú?
-Sí, ¿no te lo dije?
-¿No era un sueño? -pregunté lúgubremente.
-¿Eso temes?
-Efectivamente.
Me miró, sonriendo. Luego yo pregunté:
-¿Por qué estás aquí?

Continuo mañana (chan, channnnn)

-Mi padre está aquí -dije, rápidamente. Luego me acordé de que esta noche había luna llena, y me estremecí-.Vayámonos.
La cogí por un brazo y empecé a correr.

Lis, te he pedido un favor por MP...

Aqi estoy ^^

Olivia
-¡¿Qué?! ¿Tu padre? Pero no estaba muerto!? -exclamé, mientras pasaba los brazos por su cuello. -Ahora a donde vamos, Eldanis?

Ya te veo

-Se ve que no, y que ese sueño no era un sueño. Luego también están los licántropos.

Olivia
Decidí dejar el tema de su padre para más tarde, y me concentré en el problema más inmediato
-Licántropos? Ay madre... -me di cuenta inmediatamente que hoy era luna llena. Estaba acostumbrada a saber las fases de la luna, era algo que simepre me había fascinado.

Claro, ahora todo encajaba, por eso había estado tan serio después del enfrentamiento con el licántropo.
-Lo siento. -murmuré, posando una mano en su hombro.

Me voy postea, y en cuanto me pueda hacer con el ordena, te respondo.

-No tienes por qué -sonreí.
Se abrió una gran puerta dorada, y pasó una chica con los cabellos de color negro, y el rostro café con leche oscuro, de una belleza perfecta del tipo Egipcio más puro; tenía los ojos en forma de almendra, con los extremos más levantados y las cejas negras. La nariz tenía un delicado perfil, casi griego por la finura, i fácilmente se le habría podido confundir por una estatua de bronce de Corinto si la prominencia de los pómulos y el punto africano de la nariz no la hubiesen hecho identificar, sin duda, la raza de los jeroglíficos del Nilo.
-Princesa Hermonthis -me reí.
-Eldanis -sonrió ella-. Intuyo que lo que te ha llevado hasta aquí no es una buena noticia.
-En efecto -mi sonrisa se desvaneció, y bajé la mirada-. Es Erika.
-¿Que ha pasado?
-Ha muerto. Licántropos.
-¿¡QUIÉN HA SIDO EL QUE SE HA ATREVIDO A TAL COSA!?
-Ya he ajustado cuentas con él, Elisa.
-¡¡NO ME IMPORTA!! ¡¡QUIERO SU CABEZA!!
-William, el mejor amigo de Gabriel. Cacería -dije, sereno, pero conteniendo tristeza.
Elisa se calmó un poco, pero retrocedió un paso, y dijo, arqueando una ceja:
-¿Y dices que ajustaste cuentas con él?
-Eso he dicho.
-De acuerdo, Eldanis. Necesito descansar. Nara os guiará a vuestras habitaciones.
Y la humana entró en la sala, como llamada por una fuerza invisible.
-Seguidme -dijo la humana, mientras Elisa se iba por la puerta por donde había entrado.
Al cabo de un rato de caminar por pasadizos y salas, llegamos a una sala llena de puertas doradas y plateadas, pero con una placa encima que identificaba a cada una.
-La tuya es la 6, señor Eldanis -me dijo Nara, mirándome.
-De acuerdo.
-La suya es la 7 -dijo Nara, casi con desprecio.
-Se llama Olivia -dije.
-Ambas habitaciones se comunican por una puerta. Los baños están en la puerta a la derecha de la habitación.
-Se llama Olivia -insistí, acercándome más.
-De... de acuerdo -tartamudeó.
Contení una risita malvada, ya que me divertía usando mi poder vampírico.
Nara se retiró, y dejó que nos adentrásemos en las habitaciones.

Jo, me encanta como Eldanis usa su poder, muahahaha.

jaja xD

Había asistido a la escena como oyente, pero sentía como propio el dolor de Elisa. Sabía perfectamente lo que era perder a un hermano, aunque yo ni siquiera sabía si el mío seguía vivo o no. Suspiré, entré en la habitación. Miré a mi alrededor, sin enterarme de mucho, y me dirigi al baño, a cambiarme de ropa, pues los vaqueros y la camiseta negra no eran lo más apropiado.
Cuando salí, con el pelo mojado, y con una túnica ceñida y roja, me dirigí a la puerta que me comunicaba con la habitación de Eldanis. Llamé suavemente a la puerta.